COPAB celebró diez años contribuyendo a la confianza y seguridad del sistema financiero
La Corporación de Protección para el Ahorro Bancario (COPAB) festejó su décimo aniversario de contribución a la confianza y seguridad del sistema financiero uruguayo con un evento especial que tuvo lugar en el Hotel Sheraton Montevideo.
La actividad de celebración, que contó con amplia concurrencia, reunió a autoridades de la institución, representantes de las instituciones financieras de plaza, así como del Ministerio de Economía y Finanzas, del Banco Central del Uruguay (BCU) y de la Superintendencia de Servicios Financieros.
En ese marco, el economista Daniel Dominioni, presidente de la COPAB, repasó el camino transitado por la institución desde su origen en 2009.
“Luego de la crisis financiera de 2002, se produjo un cambio en el modelo de resolución bancaria que estaba vigente hasta ese momento, pasándose de un seguro de depósito implícito a uno explícito, introduciéndose reglas y procedimientos precisos para la actuación en caso de que hubiera que liquidar instituciones en problemas”, explicó.
Asimismo, recordó que hasta ese momento, y en base a experiencias pasadas, existía la percepción por parte de la población, de que el Estado se haría cargo de los costos, evitando que los ahorristas se vieran perjudicados.
“La crisis económica de 2002 dejó en evidencia que este tipo de soluciones no siempre eran posibles, ya que muchas veces la caída de las instituciones financieras se da en contextos macroeconómicos adversos. Por otra parte, suelen ser inconvenientes por problemas de eficiencia y por hacer recaer en el contribuyente la mayor parte del rescate”, añadió Dominioni.
En diciembre de ese año y como primer paso en la búsqueda de una solución definitiva, se creó la Superintendencia de Protección del Ahorro Bancario (SPAB) que formaba parte del BCU. En 2009, en tanto, se creó la COPAB como una persona de derecho público no estatal.
“La transformación fue bastante más que un cambio de nombre, significó el nacimiento de una nueva institución independiente, así como un cambio en sus objetivos y funciones”, indicó el jerarca, resaltando la facultad de resolución bancaria que se le otorgó a la institución a partir de ese momento.
Asimismo, remarcó que la creación de la COPAB tuvo lugar en un contexto en el que ya existía un número importante de instituciones similares en el resto del mundo, lo que sirvió para incorporar en su diseño las mejores prácticas a nivel internacional.
La COPAB es una institución independiente cuyos directores, siguiendo recomendaciones internacionales, son designados en forma escalonada y separada del ciclo político. El directorio está integrado por un presidente, un vicepresidente y un director, designados por el Poder Ejecutivo.
En el caso del director, la designación debe recaer en un candidato incluido en la terna propuesta por las instituciones aportantes al Fondo de Garantía de Depósitos Bancarios (FGDB). Esta independencia le exige extremar en la consecución de la transparencia y rendición de cuentas.
Integrante de la red de seguridad del sistema financiero junto con el BCU, la Superintendencia de Servicios Financieros y el Ministerio de Economía y Finanzas, la COPAB protege los ahorros aplicando procedimientos de solución o pagando la cobertura de los depósitos con recursos del FGDB, que constituye un patrimonio de afectación independiente.
A su vez, con el objetivo de mantenerse actualizado y contribuir al desarrollo de buenas prácticas financieras, la COPAB integra el Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Aseguradores de Depósitos (IADI).
Dominioni también destacó la obligatoriedad y universalidad de la cobertura de la COPAB, ya que todos los bancos públicos y privados, así como las cooperativas de intermediación financiera aportan al fondo y por lo tanto, todos los depositantes son beneficiados.
Además, la industria es la encargada de asumir los costos y no el contribuyente. “Esta cobertura alcanza los depósitos de hasta US$ 10.000 en moneda extranjera y de 250.000 Unidades Indexadas en moneda nacional (UYP 1.089.550 a la fecha), apuntando fundamentalmente a los pequeños ahorristas que normalmente son los menos informados y los más vulnerables”, ilustró.
“El reconocer estas fortalezas no quiere decir que no haya nada para mejorar. Por el contrario, los desafíos son permanentes”, expresó Dominioni, quien señaló la necesidad de enfrentar los cambios tecnológicos que se producen en la industria bancaria y garantizar que la población tenga más y mejor información sobre la cobertura y el funcionamiento del seguro.
De acuerdo a una encuesta encargada por la institución, más del 75% de los participantes desconoce la existencia del seguro de depósitos y sólo el 3% es consciente de su funcionamiento.
“En estos diez años se ha trabajado intensamente en la adquisición de herramientas para cumplir sus objetivos. Se han confeccionado manuales de procedimientos, se han estudiado otras experiencias internacionales de resolución y se ha fomentado el diálogo y la coordinación permanente con las demás instituciones de la red de seguridad financiera”, concluyó Dominioni.
